El precio de la gasolina está en constante fluctuación. Puede subir durante varias semanas y bajar de repente cualquier día, muchas veces con difícil previsión.
En este artículo queremos explicarte desde Grupo Ruiz por qué el precio de la gasolina sube, qué consecuencias tiene y qué factores intervienen.
La Influencia del petróleo
En la mayoría de ocasiones se dice que la gasolina baja de precio cuando el petróleo cuesta menos. Sí hay una relación pero no es tan directa e influyente como pensamos.
El petróleo se vende en millones de barriles diarios. Cuando hay un exceso de producción, hay mucho petróleo en el mercado y, por tanto, su precio es menor.
La OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) es la principal institución encargada de decidir en los países miembros, cuántos barriles se deben producir y qué precio óptimo de mercado se quiere alcanzar.
Si deciden, por varios motivos, reducir la producción de petróleo, el producto cuesta más y, por tanto, la gasolina es más cara.
Los impuestos de la gasolina
Pero decíamos que el petróleo no es el elemento más importante en el precio de la gasolina. El hecho de que esté tan cara actualmente se debe sobre todo a los impuestos.
En España pagamos entre el 40% y el 50% de impuestos cada vez que repostamos gasolina. Es decir que, de cada euro que destinamos a combustible, unos 50 céntimos se deben a contribución estatal o autonómica.
¿Por qué pagamos más?
En ocasiones se da la situación de que el petróleo baja y la gasolina sube. Como hemos dicho, los impuestos afectan directamente haciendo que el precio sea alto, pero en teoría debería ser menor que antes si el petróleo cuesta menos.
La realidad es que hay otros factores que intervienen haciendo que el precio siga siendo cada vez mayor.
Uno de ellos es el conjunto de componentes que se utilizan en la fabricación de combustible. El petróleo es solo uno más de los elementos existentes. También se depende de aceites refinados y otros componentes de refino, cuyo precio es mucho más estable que el del petróleo y suele estar al alza.
Es también importante el valor del dinero. El petróleo se compra en dólares, pero en España utilizamos el euro. Últimamente el euro se ha devaluado frente al dólar, por lo que comprar gasolina sale más caro.
Si antes el euro valía 1,60 dólares y ahora vale 1,30 dólares, esto significa que con el mismo dinero no podremos comprar tanta gasolina como antes, deberemos invertir más.
Por último, también es reseñable la poca competencia existente en el mercado de compañías petrolíferas. Esto impide una mayor fluctuación del precio local de la gasolina.
Todos estos factores nos afectan de forma directa. A los particulares, porque deben invertir más de la economía familiar para el repostaje de su vehículo. A las empresas, porque debemos invertir mucho más para el repostaje de toda una flota de autobuses, que necesitan el combustible como herramienta imprescindible de su trabajo, el transporte de pasajeros.
