Los viajes de fin de curso son experiencias que, aunque que duran poco (rara vez más de una semana), se recuerdan toda la vida… y también requieren de una organización que abarca unos cuantos meses. En este artículo te damos los trucos para montar un viaje de fin de curso marcado por las 3B: bueno, bonito y barato. Y para ello, hay que centrarse principalmente en tres conceptos que se corresponden más o menos con esas 3B: seguridad, implicación, planificación e inspiración. Vamos a verlo.
Para buenos viajes de fin de curso, seguridad, ante todo
Si es un viaje de fin de curso de Primaria o Secundaria organizado por el personal del Centro, se da por descontado que la organización será seria y con la seguridad como prioridad. Si son viajes universitarios o similares, no está de más recordarlo: para disfrutar, hay que viajar con cabeza. Para ello, hay que elegir bien todos los detalles implicados: desde el destino al alojamiento, pasando por el transporte y otros aspectos que dependen del sitio donde vais. Lo último que queremos es que lo que tiene que ser una experiencia increíble, termine siendo un desastre. Un buen viaje, es un viaje sin problemas.
Implicación y ayuda de otras personas para un viaje
Para que el viaje de fin de curso cuente con el requisito de “bueno”, debe aportar un valor añadido y para ello, hay que confiar en la implicación de otras personas. Por ejemplo, monitores, profesores o personal del propio Centro y profesionales que sepan ofrecer servicios para mejorar la calidad en el destino: agentes de viajes especializados, guías turísticos, monitores de actividades de aventura.
Planificación para conseguir dinero o ahorrar en el viaje
Aunque para la consecución de la B de bonito hace falta rascarse el bolsillo, la B de barato lo contrarresta, principalmente gracias a una buena planificación. Cuanto antes se inicie esa planificación (meses de antelación), mejor. Por un lado, encontraréis mayor disponibilidad en el transporte, ya sea en autobús, avión o tren, y en el alojamiento. Por otro lado, y consecuencia de lo anterior, podréis jugar con precios más ventajosos. Y finalmente, más margen tendréis para reunir los fondos necesarios para cubrir los gastos del viaje o, al menos, abaratarlo considerablemente. Ya sabes, tendréis que echar imaginación para esto último: lotería de Navidad (en algunos casos, proporcionada por la agencia de viajes), fiestas o eventos con entrada de pago, venta de merchandising o incluso búsqueda de ayudas públicas o privadas.
Toma nota de destinos de referencia en viajes de fin de curso
No nos olvidemos del requisito de “bonito”. Aunque sea nuestro último punto a tratar, realmente, es el primer punto de partida. Para que el viaje se disfrute, todos tienen que participar. Una lluvia de ideas es un buen comienzo. No importa lo irreal que pueden llegar a ser, casi todo puede tener una versión más “real”. Algunos ejemplos de los destinos para inspirarte son:
- Madrid: conocer la capital del país es un viaje casi obligado, por la variedad cultural que ofrece (Museos, exposiciones, teatro, etc), por la variedad de su ocio (Parques de Atracciones, Parque Warner, etc.) y por todas las actividades de multiaventura que se te puedan ocurrir. ¿Alguien de tu grupo quería ir a la Luna? El Observatorio de Madrid os acercará más que a nadie a las estrellas.
- Barcelona: la segunda ciudad del país también merece una visita, con el plus de sus playas.
- Valencia: otra gran ciudad que ha ganado enteros en viajes de fin de curso gracias a su Ciudad de las Artes y las Ciencias. ¿Hay atrevidos en el grupo que quieren nadar con los tiburones? En l’Oceanografic podréis hacerlo sin tener que mojaros.
- Para los que sueñan con ir a las Islas Maldivas pero el presupuesto no lo permite, España también tiene destinos de ensueño. Las Islas Canarias y las Baleares son perfectas para viajes de sol y pulserita.
- Grandes rutas temáticas: ruta del Califato en Andalucía, viajes multiaventura a Asturias o Cantabria, etc.
